María Camila Alfaro, consultora de Elanco, sostuvo que la integridad intestinal del lechón es un factor crítico para su óptimo desarrollo debido a los cambios que sufre principalmente durante el periodo posterior al destete, ya que su organismo debe adaptarse al consumo de diferentes materias primas y aditivos incluidos en el alimento para suplir sus necesidades nutricionales.
Por lo tanto, factores antinutricionales como los β-Mananos causan impactos negativos en la salud intestinal de los lechones, entre los cuales se encuentran un incremento en la viscosidad de la digesta y disminución del aprovechamiento de los nutrientes lo que ocasiona el detrimento del rendimiento y la salud.
Estos β-Mananos también conocidos como β-Galactomananos, β-Galactoglucomananos y β-Glucomananos son polisacáridos no amiláceos (PNA) de origen vegetal que se encuentran con frecuencia en la mayoría de los ingredientes usados dentro de la dieta como: Palmiste, soya, girasol etc (Elanco Animal Health. Data on file). Los β-Mananos están constituidos por cadenas lineales de manosas que están unidas entre sí por enlaces β-1,4.
Estas manosas son un patrón molecular asociado a patógenos por lo que también están presentes en la capa externa de microorganismos patógenos. Entonces cuando el lechón consume alimentos que contienen β-Mananos el sistema inmune no logra diferenciar si se trata de un patógeno invasor o no, llevando a un engaño intestinal y creando una respuesta inmune inducida por alimentos (RIIA) (Stahl and Ezekowitz, 1998).
La RIIA es una ¨falsa alarma¨ que desencadena una respuesta inflamatoria mediada por la inmunidad innata en la que la energía y nutrientes van a ser usados para las funciones inmunes de alta prioridad y no para el crecimiento y desarrollo (Klasing, 2007). Durante este proceso inflamatorio se desencadena la disminución (Gabler and Spurlock, 2008) de los siguientes eventos:
- Secreción de GF-1 e insulina
- Digestión y absorción de nutrientes
- Deposición de nutrientes
- Retención de nitrógeno
- Absorción de agua
Se ha determinado que durante el proceso de la RIIA se desperdicia alrededor del 3% de la energía de la dieta lo que disminuye el valor nutricional del alimento, por consiguiente, una de las principales soluciones para contrarrestar el efecto negativo de los β-Mananos es con el uso de una β-Mananasa. Para ello, Elanco™ ha desarrollado Hemicell® una enzima Beta-Mananasa proveniente de la fermentación de la bacteria Paenibacillus lentus que se encarga de quebrar esas cadenas de manosa (Lee et al., 2003; Daskiran et al., 2004).