El estrés calórico en las aves se produce cuando acumulan mucho calor en el cuerpo y no son capaces de eliminar, produciendo un desbalance en el cuerpo.
Los animales de por sí producen calor, pero solo emplean el 25%. La única forma que tiene el ave de eliminar el calor es a través de la evaporación; es decir, por medio de la respiración, explicó Eduardo Marcuello, veterinario - zootécnista.
A medida que aumenta la temperatura, las aves empiezan a tomar más agua, comen menos y se deshidratan. Con temperaturas altas, las aves incluso pueden morir. Debido al estrés calórico, las aves tienen mayor grasa y menos músculo, lo que significa una pérdida en su desarrollo.
Marcuello explicó que en el caso de las ponedoras disminuye la producción de huevos, son más pequeños y la cáscara es más frágil. Además, los huevos son más sucios y esto genera un problema en la comercialización. Tampoco se pueden incubar y si esto eso sucede, los pollitos nacen con problemas.
Las aves respiran muy rápido. Lo normal es de 25 a 30 respiraciones por minuto. Cuando los animales superan este ritmo se produce alteración en el sistema sanguíneo.
Las aves, al deshidratarse, pierden agua además de electrolitos; el riñón y el corazón no funcionan bien, y pueden morir por fallas renales y/o cardíacas.
Para el experto, la temperatura ambiente debe ubicarse en 41 grados centígrados; si es mayor terminan ahogándose. Las aves al no comer tienen repercusiones a nivel de calcio, del sistema inmune y presentan problemas en el aparato respiratorio.
Cuando existe aumento de calor crecen los radicales libres lo que produce la destrucción de las células del cuerpo, presentándose otras patologías.
En las granjas se debe equilibrar la temperatura. Al mediodía evitar el ingreso de la luz solar, instalar ventiladores, los galpones deben tener buena altura, colocar árboles en los alrededores, pintar los techos de color blanco para limitar el ingreso de los rayos solares al interior del galpón, colocar algún aislante en los techos, etc.
Recomendó no mover las aves, ni realizar el despique y nebulizaciones en horas de mayor calor, así como reducir la densidad de aves en los galpones.
El agua que toman las aves debe mantenerse a 20 grados centígrados, porque a los pollos no les agrada el agua caliente, por eso sugirió que los depósitos estén cubiertos o aislados por dentro, pintar los depósitos de blanco y drenar las tuberías varias veces al día.
Hay sustancias que se pueden agregar en el agua, pero con moderación, como: bicarbonato de sodio, vitamina C, betaina, probióticos, vitaminas del grupo B, entre otros. Por ejemplo, el exceso de electrolitos aumenta las heces húmedas; los ácidos fuertes pueden provocar un alto índice de mortalidad.
Beneficios de algunos nutrientes
- Betaína: actúa reteniendo el agua al actuar como osmolito (son solubles en la solución dentro de una célula). Evitan la deshidratación.
- Bicarbonato de sodio: aporta electrolitos: aumento de consumo de agua.
- Vitamina C: antioxidante y antiestresante
- Probióticos: regulación intestinal