Jade Ferreiro
Nutricionista-Paraguay
La alimentación complementaria se requiere cuando la leche materna ya no es suficiente para cubrir las necesidades nutricionales de los bebés. Antes, los pediatras prohibían el consumo del huevo, con el paso de los años este criterio cambió. Se debe empezar a los seis meses de edad, en niños que nacen a término.
En el caso de que existan en la familia antecedentes de alergia al huevo, se debe consultar al pediatra. Los síntomas más comunes de alergia al huevo son: inflamación de la piel, problemas digestivos y asma, principalmente.
Varios organismos internacionales recomiendan que los niños de esa edad deben consumir alimentos sólidos, entre ellos el huevo, porque tiene muchos nutrientes.
Como madre siempre incluyo huevos en la dieta de mis hijos. Lo fundamental es prepararlos en diferentes presentaciones: solos, con una papilla, picado, en tortillas, con verduras, con bananos, con avena, revueltos, etc., pero sin sal ni azúcar.
Un bebé puede comer un huevo diario. A los seis meses, probablemente coma poco, pero no hay que presionarle.
El huevo, además, de contener altos nutrientes es bajo en contenido calórico; tiene un elevado valor biológico y un perfil lipídico de los más equilibrados dentro de los alimentos de origen animal. Es fácil de digerir y de masticar.
A esas edades de los niños, no es conveniente superar los tres huevos semanales, entre otros motivos, para facilitar que los padres incluyan otras variedades de alimentos en la dieta de los más pequeños.