Lúcia Endriukaite
Nutricionista-Brasil
La población hispana tiene una de las tasas más altas de problemas de visión, cataratas y ceguera a causa de enfermedades oculares, por eso es importante estar al tanto de las últimas investigaciones que estudian cómo los nutrientes de los alimentos que consumimos pueden impactar de manera positiva en la salud ocular.
La población adulta mayor forma parte de un grupo vulnerable, debido a la mala nutrición, uso continuo de medicamentos, alteración en el paladar, entre otros.
El huevo tiene luteína, una potente acción antioxidante; posee un efecto protector de los ojos y de la piel. Además, evita la degeneración macular y ayuda al desarrollo cerebral a lo largo de la vida.
La yema de huevo contiene luteína y zeaxantina, pigmentos de color amarillento, pertenecientes a la familia de los carotenoides. Actúan como antioxidantes, con lo que evitan la formación de radicales libres. Aunque las verduras, como las espinacas, tienen mucha más luteína, la del huevo es la que mejor se absorbe en el organismo humano.
La luteína es una sustancia que no debe faltar en la alimentación por sus extraordinarios beneficios para la prevención y el tratamiento de afecciones oculares.
Quienes consumen un mayor número de alimentos ricos en luteína y zeaxantina tienen menor riesgo de sufrir degeneración macular asociada a la edad y, por ende, de acabar con ceguera.