La cosecha es una actividad vital; si el grano se lo deja en el campo por mucho tiempo, será afectado por las plagas. Por lo tanto, la poscosecha debe incluir todas las actividades desde el momento en que se lo cosecha hasta el instante de ser consumido.
Estas prácticas cumplen un papel clave y un impacto directo en la seguridad alimentaria. Incluye actividades técnicas (secado, desgrane y almacenamiento), y tiene como objetivo preservar la calidad del grano, y aumentar el valor comercial incluido el transporte, y control de calidad.
Sylvanus Odjo, Ph. D, especialista y coordinador del área de poscosecha del Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz (CIMMYT), consideró importante mantener la calidad del grano, retirando las impurezas para evitar el desarrollo de micotoxinas que pueden afectar al organismo humano.
El secado también debe considerarse como un factor importante de la poscosecha, porque está relacionado con la humedad del grano. Hay que evitar en lo posible granos quebrados.
Indicó que el maíz puede ser almacenado con tecnologías herméticas (contenedor de almacenamiento herméticamente cerrado que no permita el intercambio de oxígeno con el medio ambiente) tecnologías que pueden ser adquiridas a costos accesibles.
Las bolsas plásticas herméticas también se presentan como una tecnología que permite mantener el grano en óptimas condiciones sin necesidad de usar productos químicos.
El silo de metal fabricado con lámina galvanizada es otra alternativa que permite almacenar el grano de manera adecuada. Odjo destacó que esta tecnología es empleada comúnmente en México.
Cuidado integral
Odjo, Ph. D. manifestó que “para tener un buen producto, además de semillas adecuadas, se requiere buenas prácticas agronómicas, un correcto manejo de plagas, una adecuada fertilización y un buen manejo poscosecha. Este es el trabajo que debe desarrollar y fortalecer el agricultor”.
El conferencista -procedente de África Occidental- afirmó que es importante considerar que el mundo atraviesa por constantes cambios climáticos que obligan a producir más, con menos recursos y agregar valor a la producción del grano.
Incluso, la pandemia desencadenada por la Covid 19, que ha llevado a que la movilidad de las personas disminuya, obliga a mejorar el concepto de resiliencia para que la población pueda sobrevivir a este tipo de choques y aumentar la inclusión para que nadie quede fuera de su consumo.
Odjo -quien además coordina una red de plataforma de investigación poscosecha con colaboradores en México y América Central- resaltó que el CIMMYT tiene el banco de germoplasma más grande e importante del mundo, y trabaja en prácticas agrícolas sustentables, capacitación para productores, nuevas tecnologías de información para que el grano pueda ser comercializado de manera adecuada permitiendo aumentar los ingresos y el nivel de vida de los productores.
La presentación de estos criterios efectuaron los técnicos del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), y el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz que trabaja desde 1966 para entregar al productor nuevas tecnologías y herramientas útiles para un correcto manejo de poscosecha del maíz.