Los protocolos de limpieza y desinfección en las granjas son una herramienta clave para la prevención de enfermedades en los cerdos.
La corporación Animal Nutrition and Health FARM FAES insistió en la necesidad de que los porcicultores otorguen una atención correcta a la “higienización de las granjas de porcinos”.
En el evento virtual, José Alberto Murillo, representante del Servicio de Asistencia Técnica de esta compañía, exhortó a seguir los protocolos de limpieza y desinfección que se perfilan como una herramienta clave en la prevención de enfermedades en los cerdos.
La desinfección debe ser frecuente y considerada como un proceso que busca destruir la mayoría de agentes patógenos que están ubicados en el espacio físico de una granja como pisos, paredes, bebederos, comederos o techos, así como en la indumentaria del personal: botas, ropa, instrumentos de trabajo (tijeras y otros).
Murillo además advirtió que se debe tener en cuenta un protocolo de limpieza para bodegas, vehículos, y sanitarios.
En el ambiente de las explotaciones porcícolas existe una amplia variedad de microorganismos infecto contagiosos, y los cerditos pueden adquirirlos y diseminarlos fácilmente a sus compañeros de granja, detalló.
Entre otros, José Alberto Murillo mencionó las bacterias causantes de la colibacilosis, clostridiosis y leptospirosis, y virus como el causante de la gastroenteritis, la Peste Porcina Africana, así como las enfermedades vesiculares como la fiebre aftosa. “Las medidas de bioseguridad deben generar un ambiente favorable para la producción porcina”, agregó.
Uso adecuado del desinfectante
Antes de iniciar el proceso de desinfección, el porcicultor debe evacuar de la granja a los animales para evitar que el detergente que se va a utilizar, afecte las extremidades, ojos y patas de los cerdos.
Entre los desinfectantes mencionó la luz ultravioleta que, además del bajo costo en el mercado, no produce efectos adversos sobre el medio ambiente y anula posibles daños en la salud humana.
La mayoría de microorganismos muere por efecto de la acción térmica; por lo tanto, sugirió que esto podría dar resultados positivos en granjas, con temperaturas sobre los 60 grados centígrados, aunque su empleo puede tener un alto costo económico.
Los amonios cuaternarios no son tóxicos y son biodegradables. Su potencia contra patógenos es moderada, y se recomienda combinarlos con clorhexidina. El peróxido de hidrógeno se emplea para desinfectar el agua de consumo, y se inactiva al exponerlo al aire o a la luz. Los fenoles presentan una toxicidad moderada y se utilizan para limpiar los lavabotas. Estos productos son seguros, potentes y de bajo impacto ambiental.
Para desinfectar utilice hipoclorito de sodio. Es un producto económico, y de fácil manejo. También se recomiendan los alcoholes para la desinfección de manos y otras superficies.