Los países de Latinoamérica reúnen todas las condiciones para convertirse en la primera despensa productora de carne de cerdo, en el mundo.
Innovar, es la clave para que los productores de Latinoamérica aprovechen las ventajas y amplíen sus conocimientos sobre tecnologías y tendencias que se utilizan en otros países que han alcanzado éxito en la actividad porcícola.
Este fue el criterio con el que coincidieron varios expositores invitados al evento virtual “El futuro de la producción porcina está en Latinoamérica y los retos que deben enfrentar para convertirse en un referente mundial”. La conferencia virtual fue organizada por la corporación PORCI EXPERT.
Reinaldo Cubillos, enfocó su conferencia en el “Equipamiento e instalaciones para el bienestar animal”. Dijo que otra de las consideraciones a tener en cuenta es que, si Latinoamérica quiere ser el supermercado del mundo, se deben estandarizar los procesos, y la nomenclatura en la producción porcina.
La innovación -según Cubillos- debe partir desde los nombres. “Tenemos que eliminar del diccionario palabras como planteles, criaderos, cochineros, marraneras, y dejar de denominar explotaciones a las unidades de producción. La palabra correcta es: granjas. Nosotros, tampoco somos productores de cerdos, sino de carne y proteína animal de calidad”, aclaró.
Señaló que el objetivo de aquí al 2030 debe ser alcanzar modelos insignes, y granjas que muestren al mundo que se hacen las cosas de forma correcta, con el uso racional de antibióticos, señaló.
Exhortó a los productores a aprovechar que en la región existen buenas tecnologías, que cuentan con agua, tierra, cereales, pero sobretodo mano de obra barata para sacarle provecho a la genética y más ventajas con respecto a otros países. Otra fortaleza es el consumo percápita, que en países como Colombia se incrementó en los últimos diez años, al igual que en Centroamérica.
Conquistar mercados asiáticos
Para Mathías Villalba, representante de la comercializadora internacional colombiana CORPO -que reúne a 123 socios- la porcicultura de ese país crece de manera dinámica, y el consumo interno puede aumentar, hasta alcanzar niveles de países de la región, con un estatus socio económico similar al colombiano.
Reconoció que se han afrontado retos, como la desgravación arancelaria que incrementó las importaciones. Dejó en claro que los porcicultores deben competir con el producto importado, pero indicó que la gran oportunidad para un país porcícola, en el presente y futuro, se consolida con la conquista del mercado internacional.
“Competir en el mercado externo no es tarea fácil, pero el reto es la apertura de mercado, y trabajar en inteligencia de mercado para detectar las mejores oportunidades”, expresó.
Alertó que también se necesita un desarrollo logístico para lograr las especificaciones de producto, como requiere el comprador, pues cada destino exige requisitos en sanidad, inocuidad y prácticas de operación.
Por eso -señaló- Colombia escogió la tarea de crear la comercializadora internacional CORPO, de los productores, para los productores colombianos, a fin de facilitar las exportaciones, consolidar la oferta y abrir mercados para aprovechar las oportunidades en el extranjero.
CORPO es una instancia que evita la intermediación, (eventualmente en manos de especuladores), y de esa forma beneficia a los productores. Para Colombia, el objetivo a corto plazo es “aterrizar” en China y Singapur.
El modelo español
Desde 1996 hasta 2017, Colombia lideraba el desarrollo de la producción porcina, con un incremento del 152% comparado con España, que en ese mismo periodo tuvo un incremento del 64%. En el contexto europeo esto es un éxito, dijo Miguel Higuera, especialista en Comercio Exterior de Proteína. No obstante, reconoció la loable labor que realiza Colombia en el desarrollo de su porcicultura.
España es un país consumidor de carne de cerdo, es productor porcino; es el primer productor ganadero de la Unión Europea, y el tercero a escala mundial después de China y EE.UU.. A la hora de conquistar nuevos mercados de exportación, parten de la base de que “el principal cliente es nuestro país”, expresó Higuera de nacionalidad argentina, con ciudadanía española.
Desde 2013, el crecimiento del sector vinculado al desarrollo del bienestar animal, se debe en gran medida al aumento de la venta a terceros países (EE.UU., México y Canadá). Los principales importadores son China, Hong Kong y Japón.
España sobrepasa los 4.6 millones de toneladas de carne de cerdo; 1,3 millones de toneladas de exportaciones a la Unión Europea (UE); y 1.1 millones de exportaciones a terceros países.
Las claves
Higuera sugirió que para lograr el éxito en la exportación se deben plantear alternativas y variedad de productos: cerdo magro, cerdo graso, lechones, etc. Adicionalmente se debe tener un conocimiento profundo de los mercados y apuntar campañas agresivas de promoción; es decir, trabajar en productos específicos para cada mercado. “Mensualmente analizamos todos los mercados del mundo, entre ellos Colombia, y su forma de autoabastecimiento”, detalló.
Cada producto debe ser posicionado para que pueda brindar y aportar un valor añadido: sanidad animal, libre de enfermedades y patógenos como la salmonella, plan de reducción de consumo de antibióticos; la protección de bienestar animal es imprescindible de cara al futuro, si se quiere mantener el consumo de esta carne.
Otro valor añadido es enfocarse en el control del medio ambiente, eliminar el uso de promotores de crecimiento. Los productores deben fijar su atención en el control de la cadena, procesos y residuos para garantizar la trazabilidad.