En el país, las provincias de Tungurahua, Bolívar, Chimborazo, Cotopaxi y Cañar, y en menor porcentaje en Santa Elena, registran los mayores índices de desnutrición infantil, aunque este problema está presente en todo el país, incluido Galápagos, aseveró Wellington Sandoval, médico cardiólogo y exministro de Salud en el Gobierno de Alfredo Palacio.
Para él, la desnutrición infantil en el Ecuador es un gran problema. Lo compara con la pandemia de la Covid-19, con la diferencia de que este mal en algún momento, desaparecerá, mientras que seguirá subsistiendo el efecto continuo de la desnutrición infantil, que se presenta durante los primeros meses de vida, sin que esto haya generado mayor preocupación en las autoridades nacionales.
Según Sandoval, la desnutrición infantil produce varios daños en el niño, principalmente durante los primeros mil días de vida. La mala alimentación afecta a la corteza cerebral, al conocimiento y al aprendizaje. A los dos años de vida, el desarrollo de la corteza cerebral llega al 80%; hasta los cinco años alcanza el 95% y a los 25 años se desarrolla completamente.
De ahí la importancia de que el niño reciba una adecuada alimentación, que incluya proteína, micronutrientes y vitaminas. Si el pequeño no consume estos nutrientes tendrá un retardo mental durante el resto de su vida.
En cuanto a la nutrición básica, el profesional señaló que el único alimento completo es la leche materna. Por eso la Organización Mundial para la Salud (OMS) recomienda que las madres deben dar de lactar a sus hijos hasta los seis meses. Sin embargo, datos del INEC revelan que el 48% de las madres amamantan a los bebés durante el primer mes, y el 33% hasta los seis meses.
En 2015, la Universidad San Francisco de Quito y Washington University realizaron una investigación en la provincia de Cotopaxi, en las parroquias rurales de Toacaso, San Juan de Pastocalle, Mulaló, entre otras, para descubrir que el huevo es el alimento ideal para combatir la desnutrición infantil.
Los investigadores seleccionaron a 200 niños. A la mitad de ellos se les proporcionó, durante seis meses un huevo diario mientras que el resto no consumió este alimento.
Después de este lapso, se verificó que los niños que comieron un huevo al día, registraron un mayor peso y estatura; y, eran más despiertos.
A partir de esto, en varios sectores del país se aplica este sistema con excelentes resultados, mencionó Sandoval.
Debido a la pandemia se interrumpió el proceso, pero una vez que se normalice la crisis sanitaria se continuará con el proyecto para combatir la desnutrición infantil, puesto que esta es una proteína que posee todos los nutrientes y además es muy económica.
El médico cardiólogo Wellington Sandoval, que también es profesor de la Universidad Central del Ecuador, finalmente señala que el combate a la desnutrición infantil debe ser un trabajo coordinado entre el Gobierno Nacional, la Academia y todos los sectores afines.