Los suelos del mundo se deterioran rápidamente debido a la erosión, al agotamiento de los nutrientes, la pérdida de carbono orgánico, la compactación del suelo, erosión y otras amenazas. Esta tendencia puede revertirse siempre que los agricultores apliquen prácticas de manejo sostenible y empleen tecnologías apropiadas, destacó un informe de la ONU.
Sin embargo, existen alternativas para nutrir los suelos cultivables y lograr una buena producción. Santiago Montesdeoca, director técnico comercial de Aspoagro Ecuador, dijo que los agricultores deben asesorarse con un especialista para aplicar en los suelos, y durante el desarrollo de los cultivos, los productos adecuados e inocuos, así como utilizar tecnologías de acuerdo al tipo de cultivo.
Aspoagro desarrolló el programa Nutrición de Alto Rendimiento (NAR) hace siete años, para mejorar los niveles productivos. Conjuga factores como: suelo, clima, agua, semilla, etc. “Al integrar esos elementos, el agricultor rebasa las expectativas de producción, disminuye la inversión y consigue alimentos más saludables, porque disminuye el empleo de químicos, para el control de plagas y enfermedades”, manifestó.
Indicó que actualmente existen en el mercado varios productos inofensivos y con excelentes resultados. Citó, por ejemplo, al abono humita 40, un producto natural de alta calidad con certificación orgánica, que se obtiene de la extracción de leonardita, en las minas de Gargallo y Taruel en España, pertenecientes a la Sociedad Española de Productos Húmicos (SEPHU) Son enmiendas órgano minerales que reemplazan las materias orgánicas frescas -poco o nada humificadas- como son la gallinaza, abonos de ganado, etc.
Esta enmienda consigue un equilibrio entre la materia orgánica, ácidos húmicos y pH, lo que resulta ideal para la corrección del suelo; mejorando sus propiedades físicas, químicas y biológicas; es rica en hierro, azufre, cobre y brinda mayor rentabilidad en la producción.
Al colocarla en el suelo cultivable se puede disminuir hasta en un 20% la aplicación de fertilizantes químicos; reduce notablemente las enfermedades y plagas. La planta se vuelve más resistente y sus productos son más limpios.
Además, recomendó los fisioactivadores de aplicación foliar de la empresa Geomar que se emplean para contrarrestar deficiencias, estimular procesos fotosintéticos y proteger a la planta de plagas y enfermedades.
Lo agricultores deben tener el conocimiento de técnicas para evitar que el suelo tenga problemas con la erosión.
La fisioactivación es clave
Hay dos ejes fundamentales en las labores agrícolas: el suelo como base del cultivo y la planta como objeto principal de la acción. El proceso radica en activar sensores en la planta para identificar factores climáticos adversos de forma rápida, modulando y modificando dicha información a fin de generar soluciones que eviten la paralización de la actividad fotosintética en pro del aumento de la producción y sanidad de las plantas.
Con todas estas opciones las plantas resisten los cambios climáticos y no se estresan. Son aptas para todo tipo de clima y los resultados son ideales, recalcó el especialista. Los productos que se aplican en cultivos de tierra o en sustratos, generan resultados que sorprenden.
En los análisis de muestras se emplean equipos de alta precisión y sensibilidad para visualizar los elementos minerales y otras características como fósforo, potasio, nitrógeno, calcio, pH y conductividad.
Dato
- Lo cultivos hidropónicos cada vez ganan más espacio en la producción orgánica
Importancia de los cultivos hidropónicos
Los cultivos hidropónicos se encuentran en auge en diferentes lugares del mundo, pues la población prefiere consumir alimentos más saludables, libres de patógenos y de químicos. En tal virtud, hay agricultores que están migrando del cultivo tradicional, en tierra, a la siembra y desarrollo en agua.
Si bien, en la producción se invierten más recursos económicos, el rendimiento es mayor, aseveró César Torres, agricultor y propietario de Campo Azul, finca agrícola ubicada en la parroquia rural Ascázubi, del cantón Cayambe, provincia de Pichincha.
La tecnología israelí es la más utilizada para este tipo de cultivos. En la hidroponía, el agua y los nutrientes son esenciales, para el crecimiento y el desarrollo de las plantas. El procedimiento es muy sencillo: uso de agua en la que se han disuelto nutrientes en las cantidades adecuadas.
Las principales especies cultivadas en sistemas hidropónicos que desarrolla Torres, conjuntamente con su socio Manuel Huertas, encargado del manejo técnico, son: tomate, pimiento, pepino, lechuga, fresa, espinaca, plantas medicinales, por citar algunas.
“Los resultados superaron las expectativas, mencionó Torres. Agregó que en el corto plazo la meta es lograr cultivos 100% orgánicos, siguiendo la tendencia mundial en la producción agrícola. Por ejemplo, en Europa, el 60% de los productos son orgánicos”.
La diferencia entre sembrar en tierra y en agua, es grande. Por ejemplo, en una hectárea se puede cultivar cinco mil plantas de lechuga, pero en agua se puede llegar hasta 30 mil, con calidad, menos contaminación por insectos y plagas, y cero químicos. También, la mano de obra se reduce, porque el proceso es tecnológico, puntualizó Huertas.
Nutrientes elaborados en la finca
Para agregar vitalidad a las plantas, se desarrollan abonos orgánicos que contribuyen a aprovechar los recursos de toda la finca. Es el concepto de la granja de producción total.
Para elaborarlo se coloca en el agua nitrato de calcio y diferentes productos naturales, como: el rechazo de la caña de azúcar, estiércol de gallina y de ganado vacuno. A esta mezcla se le agrega melaza, levadura y otros componentes, que facilitan el crecimiento de bacterias benéficas que finalmente son aprovechadas por las plantas.
El agua utilizada no se desperdicia. Existe un sistema de recirculación que se somete a un continuo control para evitar el ingreso de enfermedades, hongos, bacterias, etc., que afecten los cultivos.
Las plantas también se estresan
La agricultura ha sido desde sus inicios una actividad de balanzas energéticas, en la que la energía adicional a la que proporciona la naturaleza (sol, lluvia, nutrientes), debe ser menor a la que se obtiene en las cosechas.
En el mundo existe una creciente escasez de recursos (suelo, agua, energía, aire limpio) y una demanda en ascenso de productos agrícolas, tanto en cantidad como en calidad, por lo que la eficiencia en el uso de los recursos y la sostenibilidad se convierten en objetivos primordiales en la agricultura.
“Cada vez existen dificultades para lograr un óptimo desempeño de los cultivos. Hay sequías, bajas temperaturas, suelos con menos alcalinidad, presencia de diferentes enfermedades, etc. Un 25% de las plantas tienen alguna enfermedad”, mencionó Fernando Moreno, gerente de Cytozyme para la Región Andina.
Ante esta situación, la planta se estresa y no logra un excelente desarrollo. El especialista habló sobre el estrés biótico (acción de seres vivos, como: insectos, bacterias, hongos y virus) y el estrés abiótico (se refiere a todos aquellos factores físicos del entorno que puedan afectar negativamente el crecimiento y productividad de las plantas, como: sequía, bajas temperaturas, inundaciones, viento, exceso de sales en el suelo, etc.).
Para atacar esta problemática, que se presenta también por exceso de químicos, existen en el mercado diferentes productos que deben ser aplicados a tiempo, es decir, como prevención y que sean recomendados por un experto, para reducir o eliminar el estrés en la planta. Este tratamiento se debe efectuar con productos naturales. El objetivo es lograr una bioestimulación en la planta.
También, es importante equilibrar los radicales libres para que la planta se desarrolle en óptimas condiciones. “Usualmente, la concentración de los radicales libres genera un impacto negativo y produce efectos citotóxicos, destruyendo las membranas. “La planta tratada logra una proporción entre radicales libres y oxidantes, con el fin de que mantenga su fotosíntesis”, explicó Moreno.
Además, la planta tratada tiene una mayor activación de genes y defensas frente al estrés y a la fotosíntesis. En ese sentido, los productos con tecnología MAG cumplen su función inmediatamente. Más del 50% del contenido de clorofila se estimula porque la toma de nutrientes en la fotosíntesis es fundamental, para que la planta tenga un excelente desarrollo”, aseguró el expositor.
Franklin Maiguashca, consultor técnico y de mercado de Cytozyme en Ecuador, se refirió a la aplicación de los productos que la empresa produce en varios cultivos ecuatorianos. En el caso del banano, en el cantón Quevedo, se efectuaron tres aplicaciones y se observó que el ‘arrepollamiento’ disminuyó en un 15% y se reactivaron los quelatos naturales.
Igualmente, en los cultivos de ciclo corto (arroz, soya, papa, cebolla, brócoli y otros), los resultados fueron exitosos. En la provincia de Santa Elena se sembró papa con excelentes resultados, a pesar de ser un cultivo de clima frío. En Cotopaxi se cosechó brócoli y se superó las expectativas.