Héctor Montilla, en su conferencia “Bienestar animal y sostenibilidad” del Vigésimo Tercer Seminario de AMEVEA, llamó la atención a la industria de producción de alimentos de origen animal sobre la importancia de colocar el bienestar animal en el norte de los objetivos.
Con más de 25 años de experiencia, Montilla señaló que la bioseguridad es uno de los pilares de la producción avícola, mientras que el bienestar animal es un concepto amplio que no solo abarca la entrega de condiciones de salud adecuadas, sino confort para, en un momento dado, obtener lo mejor de ellos expresado en productividad.
Ambos factores van de la mano y se convierten en un aspecto imprescindible de la productividad que se resume en cuatro pilares: social, económico, gobernanza y cuidado ambiental.
La sostenibilidad no solo se relaciona con el ambiente, sino que abarca una serie de conceptos que van a permitir producir en el presente para los 17 millones de ecuatorianos, y en un futuro -hacia el 2050- para 24 millones de personas.
Eso va a significar, cifras más o menos, que anualmente se deba producir 70 millones de pollos y que las gallinas ponedoras se incremente entre tres y cuatro millones de aves.
Para ello es necesario empezar a analizar dónde se van a construir y ubicar las granjas, cómo se va a alimentar a las aves, la calidad de agua que requerirán para beber, qué personas las manejan, etc.
Así se llegará al objetivo de alcanzar la sostenibilidad y garantizar a las futuras generaciones la posibilidad de contar con alimentos de calidad y a buen precio.
Uno de los conceptos que Montilla destacó en su charla fue la necesidad de producir más con menos: lograr una producción más eficiente y resguardando el bienestar de los animales como una obligación moral, ética, y responsable de asegurarles una vida digna mientras están produciendo los alimentos que van a llegar al consumidor.
Es todo un reto llegar a satisfacer las necesidades de alimento que va a tener la población a escala mundial que sigue creciendo, incluso los países con mayor poder adquisitivo empiezan a consumir más proteína animal porque está relacionado con un mayor nivel de bienestar, salud, etc.
De allí la importancia de trabajar en técnicas de producción y mejora genética, y confort ambiental que permita el bienestar animal.
CONTROL INTEGRADO DE SALMONELLA Y LOS SIGNOS DE RESISTENCIA BACTERIANA
Thiago Vinholi, representante de laboratorios Vaxxinova, en su conferencia “Control integrado de salmonella a través de la vacuna en granjas avícolas”, alertó que en los últimos años las herramientas de control de esta patología registran una baja en su efectividad cuando existe alta presión de infección y cuando se produce contaminación en las granjas.
El panorama se complica, señaló, cuando hay signos de resistencia bacteriana y su capacidad de sobrevivir en el ambiente y de generar resistencia a los antimicrobianos, lo cual conlleva dificultad en su control.
Hay investigaciones que demuestran que existe una fuerte transmisión entre las aves de corral, por el inadecuado manejo de la bioseguridad en las granjas, e incluso, en los equipos que se utilizan para ofrecer alimento o agua.
En este contexto, la calidad de un programa de vacunas activas, y vivas, pueden prevenir infecciones.
Para ello es importante, resaltó Thiago Vinholi, la implementación de estrictas medidas de bioseguridad para disminuir los niveles de infección. “Casi siempre se está lejos del escenario perfecto, pero ahora es el momento oportuno para empezar a mejorar la bioseguridad en las granjas, con mayor conciencia entre el avicultor y productor”, dijo.
Reconoció que los profesionales veterinarios se enfrentan, casi todos los días, al reto de convencer y concientizar -basados en ciencia y en evidencia- a los productores de la importancia de un adecuado modelo vacunal.
El control de una bacteria como la salmonella es importante para mantener en niveles óptimos la salud pública, y en la industria su constante crecimiento.