Es fundamental que los avicultores identifiquen la cepa de campo que predomina en sus granjas y que está desafiando a los pollos; ¿cuánto impacta a la cepa vacunal sobre la “Bolsa de Fabricio”? y si el programa vacunal que se está utilizando, cubre o no el desafío de campo.
Estas son tres de las variables que diariamente deben convertirse en un reto para el sector en pos de mejorar la productividad, señaló el doctor César Reyes.
Con el desarrollo de estos elementos se presentó la alternativa de compartir experiencia de campo de Perú, en relación al uso de vacunas vectorizadas como la Innovax NDIBD, implementada por la multinacional MCD que busca controlar patologías como Newcastle y Gumboro.
Innovax es una vacuna que tiene documentada protección contra las cepas variantes que predominan no solo en Perú y Ecuador, sino en Latinoamérica.
Detalló que, lamentablemente existen cepas que son muy agresivas y causan daño bursal y dejan a la población expuesta a un desafío viral y bacteriano.
Las primeras vacunas Innovax se desarrollaron en EE.UU., para controlar la laringotraqueitis, y en la actualidad están disponibles para toda la avicultura latinoamericana.
Si bien la vacuna previene la enfermedad, en el proceso no se debe dejar de lado la bioseguridad.
“Esto es absolutamente fundamental; la piedra angular sobre la que hay que construir la inmunidad en la granja es la bioseguridad para controlar incluso la influenza aviar”.
Consideró que es una “falacia total” pensar que solo la vacuna evita el ingreso del mal. Sin embargo, aclaró que se debe tomar en cuenta que la dosis es tan o más importante que el desafío de la inmunidad.
“Las vacunas construyen inmunidad, pero el otro elemento también permite que la inmunidad se exprese y que las aves sean todo lo productivas que su genética les permite desarrollarse”.
La ventaja de tecnología vectorizada en HBT radica en que la vacuna está asociada a células, por lo que no hay inconveniente de aplicarlas, desde el primer día, en reproductoras, ponedoras, broilers, aunque en algunos casos se necesita el refuerzo de vacunas vivas. Esto dependerá del desafío de cada granja, dijo.
ES IMPERATIVO EL EMPLEO RACIONAL Y RESPONSABLE DE LOS ANTIBIÓTICOS
José Ignacio Barragán, exponente, alertó que el problema del empleo de antibióticos o de la presencia de bacterias multirresistentes, en una primera instancia, se podría pensar que solo se relaciona con el uso de antibióticos en las personas.
Sin embargo, de acuerdo con las investigaciones desarrolladas a lo largo de los últimos años, las bacterias multirresistentes no solo se producen por el empleo de antibióticos en humanos (productores y consumidores), sino también en los animales.
En la Unión Europea (UE) ya existe una legislación exigente en cuanto a los términos de los períodos de retirada de manera significativa de los antibióticos y el control de concentraciones permitidas.
Barragán, explicó que la bacteria que ha generado esa resistencia y que pudo alojarse en el cerdo, en el ave o en un vacuno, con facilidad puede llegar al medioambiente y por ende a las personas.
En ese caso señaló, que el dilema puede ocurrir cuando una persona tenga un problema de salud y se vea obligada a acudir a un hospital, y que en ese lugar no existan antibióticos para un adecuado tratamiento, porque la bacteria con la cual se pudo contaminar, procede de un animal contaminado.
Barragán insistió en que, cuando se busca reducir la presencia de bacterias multirresistentes, no solo se debe trabajar en términos de reducción de antibióticos en medicina humana, sino de la misma manera en ganadería y avicultura.
Una alternativa es medir la cantidad de miligramos de antibióticos que recibían los animales por kilo de carne producida, y utilizarlo como un valor de referencia para que, cada año, el porcentaje de miligramos de antibióticos pueda disminuir.
Puso como ejemplo a España, y en general al continente europeo, el sector ganadero es el que menos aplica antibióticos promotores de crecimiento que en la avicultura, tanto de producción de pollos, carne y huevos.
“Europa no está en una mala posición en cuanto a la producción avícola, pero existe la necesidad de seguir mejorando; por ejemplo, si hoy no se está medicando el 80% a las aves en los galpones, el objetivo debe ser llegar al 60%, luego al 50% y más tarde al 40%”, explicó José Ignacio Barragán.