Un renovado enfoque presenta las carreras universitarias relacionadas con el sector agropecuario. El interés de los jóvenes es creciente, aseguran sus directivos.
La academia tiene una importancia trascendental, en tanto, propicia la investigación y transferencia de tecnología en todos los ámbitos, y de manera muy particular en los segmentos agropecuario y agroproductivo.
En este contexto, propiciar el interés por estudiar este tipo de carreras resulta fundamental en un país como Ecuador, donde gran parte de la matriz productiva tiene relación con este ámbito.
Según datos de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), publicados en su sitio web institucional (siau.senescyt.gob.ec/oferta-academica-uep-istt/), de las 5.093 carreras aprobadas por el Consejo de Educación Superior (CES), registradas en el Sistema Nacional de Información de Educación Superior (SNIESE) y que se encuentran vigentes, 179 carreras corresponden a las áreas de agricultura, silvicultura, pesca y veterinaria.
Existen también otras carreras que, a pesar de estar agrupadas en segmentos diferentes, tienen relación directa o indirecta con las ciencias agropecuarias, entre ellas ciencias naturales, matemáticas y estadística (271 carreras); salud y bienestar (542 carreras); ingeniería, industria y construcción (676 carreras); entre otras.
Eduardo Alba, decano del Colegio de Ciencias e Ingeniería Politécnico de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), destaca un diferente enfoque en la carrera de Ingeniería en Agronomía, mediante el abordaje interdisciplinario que ofrece esta Universidad, mediante la integración de la comunidad académica con 12 carreras, que trabajan en proyectos conjuntos.
De esta manera, la carrera de Ingeniería en Agronomía se beneficia por estar en una unidad académica que incluye muchas otras especialidades. Los estudiantes de Ingeniería Mecánica, por ejemplo, aportan en temas de sostenibilidad y energía con proyectos piloto de uso de la energía solar; los de Ingeniería Química, en la instalación de biodigestores. La carrera de Ingeniería en Biotecnología tiene un sistema de cultivos in vitro donde se realizan análisis relacionados con ingeniería genética.
Además, toda la producción de hortalizas de la granja que pertenece a la carrera de Ingeniería en Agronomía ubicada en Puembo se destina al consumo interno de la Universidad a través de Colegio de Gastronomía y Turismo, que provee a la red de restaurantes que tiene el centro de educación superior.
Paralelamente, los estudiantes se involucran cada vez más en realizar investigación, “esto hace algunos años era impensable, un estudiante de pregrado a través de la malla curricular recibía materias para una formación básica para luego, ya como profesional, desarrollar productos e investigar temas específicos. Hoy el ecosistema de la Universidad direcciona al estudiante a que, desde su formación de pregrado puede involucrarse en investigación. Ya no es raro que los trabajos de titulación terminen en una publicación indexada”, afirma Alba.
Por su parte, Andrés Ortega, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía de la Universidad UTE, relata que la carrera de Medicina Veterinaria en esta institución se creó hace cinco años, como parte de la Facultad de Ciencias de la Salud. Sin embargo, debido al creciente número de estudiantes, el año pasado se integró la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía, que actualmente cuenta con alrededor de 750 miembros.
La carrera dura nueve semestres, previos a la obtención del título académico de Médico Veterinario. Los estudiantes reciben, entre otras, asignaturas que comprenden producción animal, como acuicultura, porcinotecnia, medicina de equinos, de bovinos, de rumiantes menores, entre otras; las cuales integran el área médica con la productividad y la sostenibilidad alimentaria, desde un enfoque de bienestar animal.
La carrera es totalmente presencial, ya que el componente práctico es muy alto desde los primeros niveles; y se complementa con prácticas preprofesionales en clínicas veterinarias, zoológicos, centros de rescate de fauna silvestre, haciendas, fincas, entre otros.
Actualmente existen al menos unas 40 especialidades, entre ellas veterinarios cardiólogos, oftalmólogos, dermatólogos, epidemiólogos, especialistas en reproducción, odontólogos.
Los médicos veterinarios, por lo general se especializan en ramas como fauna urbana, fauna silvestre, animales de producción, e inclusive en políticas de salud pública humana.
EL PERFIL DE LOS FUTUROS PROFESIONALES SE RENUEVA Y, CON ELLO, NUEVAS POSIBILIDADES SE ABREN PARA EL DESARROLLO AGROPECUARIO NACIONAL. CON LA ARTICULACIÓN DE TODO EL SISTEMA PRODUCTIVO, LOS NUEVOS PROFESIONALES PUEDEN MARCAR ESE CAMBIO ESTRUCTURAL QUE TANTO DEMANDA LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Y AGROPECUARIA ECUATORIANA.