GIUSEPPE BIGLIANI, EXPERTO EN NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA LA PRODUCCIÓN, DISEÑO, INSTALACIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE FÁBRICAS DE ALIMENTOS BALANCEADOS, DESCRIBE LOS PRINCIPALES RETOS DE ESTE PROCESO PRODUCTIVO.
Según los datos de la IFIF (International Feed Industry Federation), en 2022 se produjo un estimado de 1 266,35 millones de toneladas métricas (MTM) de alimentos balanceados, en 31 mil fábricas, en 146 países alrededor del mundo.
En América Latina, la producción de alimentos balanceados en el 2022 alcanzó 190,91 MTM, siendo Brasil, México y Argentina los mayores fabricantes, (datos de la empresa Alltech). El alimento para aves fue el más producido con 41,52%.
A pesar de que la producción de alimentos balanceados para consumo animal crece progresivamente, no es menos cierto que el ritmo de crecimiento de la población mundial es mucho más acelerado, lo cual implica retos permanentes para la industria de crecer y renovarse.
Paralelamente, el sector debe renovar los retos relacionados con la protección al medioambiente, reducción de desechos, reciclaje y sustentabilidad; cambios en la situación mundial y local como pandemias, guerras, cambios de gobierno.
Son retos relacionados con la bioseguridad alimentaria, trazabilidad de materiales primas y de procesos, que obligan a maximizar la productividad y eficiencia, optimizando el uso de materias primas de calidad, con un adecuado manejo de cultivos, control de pestes y la uso de ingredientes no tradicionales, explica Giuseppe Bigliani.
En este contexto, la generación de políticas de mejora continua para la reducción de costos de producción resulta fundamental. “A esto se suma la necesidad de contar con innovaciones tecnológicas que nos permitan tener ciertas ventajas competitivas para sobresalir en el negocio y generar un alto impacto en las ganancias netas.
Además, contar con herramientas que generen información precisa, en tiempo real permitirá tomar decisiones acertadas”, afirma Bigliani.
¿QUÉ SE ESPERA ENTONCES DE UNA PLANTA PRODUCTORA DE ALIMENTOS BALANCEADOS?
Un sistema de producción eficiente implica, desde este enfoque, aspectos como contar con plantas de alimentos balanceados diseñadas para una sola especie animal, aplicando el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control, conocido como HACCP/BPM, con la finalidad de garantizar la inocuidad alimentaria.
Otro aspecto relevante es la variedad de materias primas (sólidos y líquidos) tradicionales y no tradicionales, todas con sistemas estrictos en control de calidad y trazabilidad “en línea” que conllevan a un diseño de planta con mayor número de silos, tolvas y tanques de líquidos.
Es fundamental contar asimismo con un sistema de recepción de alta velocidad, versátil y con rutas de grano predefinidas; sistemas especializados en almacenamiento, molienda, mez-clado, acondicionamiento, peletizado/extruido, enfriamiento/secado, considerando nuevas tecnologías, automatización y control; modelos de empaque y despacho al granel cada vez más versátiles y precisos; reducción de mermas en los procesos de producción; y un control estricto de inventarios.
La inversión en nuevas tecnologías debe enfocarse, por tanto, en aquellas que respondan de manera efectiva al cumplimiento de metas sustentables, productivas y con ganancias, que permitan la adopción de “una economía circular, disponiendo de sistemas eficaces que promuevan el empleo de materias primas, la reducción de desechos y un impacto positivo en el medioambiente”, destaca Bigliani.