La mayoría de productores de maíz amarillo duro adquieren estos equipos. En Loja, la fabricación aumenta.
Los productores avícolas, principalmente los medianos y pequeños reclaman porque no tienen sitios adecuados para guardar con seguridad el maíz, sobre todo, para las épocas en que el grano escasea. Pero hay una opción viable: los silos metálicos.
Juan Bravo, autor del libro “Silos metálicos y alimentos seguros”, explicó que en Los Ríos y Guayas hay dos cosechas al año, mientras que en Loja y Manabí, solo una. Por esta razón, almacenar maíz sin pérdidas es vital: al no guardarlo adecuadamente se daña el grano con gorgojo, polilla; además que llegan roedores, pájaros y hongos.
En 1999, el Programa Regional Poscosecha (PRP) -que ya no existe- financió la capacitación de fabricantes de silos metálicos en Loja. Los resultados fueron exitosos y hasta hoy artesanos como Milton Córdova, fabrican estos equipos. Córdova se capacitó hace 22 años con varias organizaciones no gubernamentales como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Elaboraba 30 silos por año, pero la demanda creció y en 2019 fabricó 600 equipos para los productores de maíz de Loja y parte de la provincia de El Oro.
“La plancha de tol empleada es un material que dura hasta 30 años y protege al grano de la humedad, del gorgojo, la materia prima no pierde peso ni color. El silo es totalmente hermético y al quedar sellado muere el gorgojo por causa de asfixia. El grano en estos silos puede durar hasta tres años o más sin necesidad de utilizar ningún producto químico para la conservación”, explicó.
Estos equipos no requieren mantenimiento. Únicamente se debe protegerlos del agua y del sol. De preferencia se los coloca sobre una base de madera. Según Córdova, estos silos sí cumplen con las normas internacionales.
El precio de los silos varía de acuerdo con la capacidad. También, se puede utilizar el acero inoxidable en la fabricación de los silos, pero el precio se incrementa en un 75%.