El consumo de huevo y de la carne de pollo viven diferentes destinos por efectos de la emergencia sanitaria, ocasionada por la presencia del Covid-19.
La comercialización de huevos y de carne de pollo se enfrenta a dos realidades distintas. Mientras la venta de huevo ha aumentado, la demanda de carne de pollo disminuye, debido al cierre temporal de restaurantes o sitios de venta de esta proteína animal.
Javier Corrales, presidente de la Unión de Productores de Huevos (Uniproh), consideró que el consumo de huevo se mantiene o aumenta, en algunos casos, porque tiene un menor costo económico, es versátil para la preparación de platos, y no necesita refrigeración.
También el sistema de comercialización ayuda. Este se realiza a través de los mismos productores, mediante el empleo de camionetas pequeñas, modalidad que se implementó antes de que comience la pandemia.
Esta venta directa a domicilio, dentro de la ciudad de su jurisdicción, hace que el producto salga con regularidad, además de que existe el compromiso de mantener la cubeta en tres dólares. , por lo que se espera que los intermediarios tampoco vendan al consumidor final por un precio superior a los 3,50 dólares.
“Vender a través de los minoristas, quienes entregan el producto puerta a puerta, hace que el productor no se quede con los huevos en las granjas”, dijo Corrales, al indicar que el canal tradicional de distribución está funcionando, aunque existe el temor de los transportistas por contaminarse, razón por la que no desean movilizarse a Guayaquil, uno de los principales demandantes de huevo.
Respecto a la producción y consumo de pollo, Corrales advirtió que la situación es muy complicada. “Lo que ocurre con la comercialización del pollo es grave debido a que esta proteína requiere mantenerse en la cadena de frío, no así el huevo que puede permanecer sin refrigeración por un determinado tiempo”.
Indicó que un buen porcentaje del consumo se realizaba a través de asaderos y restaurantes, negocios que en su gran mayoría restringen el consumo entre el 60 y 70% en esta emergencia.
Corrales explicó que el pollo está pasándose de peso y represándose en las granjas. “Hay que detener la caída, pero de hecho en este rubro habrán pérdidas. Lo que corresponde es reducir el tamaño en la producción de pollo, bajando el encasetamiento de aves”, mencionó.
No se atrevió a estimar en cuánto disminuirá la producción por el bajo poder adquisitivo del ecuatoriano y el incremento de costos de producción.
Lo que sí recalcó es que en el sector avícola se sigue trabajando con las debidas medidas de bioseguridad requeridas, para garantizar la salud de productores y los consumidores.