La ingesta de agua en la crianza de los pollos es fundamental, pero el líquido vital debe ser óptimo y de acuerdo con las variables establecidas para esta actividad; caso contrario las aves presentan problemas de diarrea, de crecimiento y hasta mueren; consecuentemente su desarrollo adecuado depende de que reciban una agua de calidad.
Miguel Hernández, director de nutrición de Italcol, empresa colombiana especializada en la producción de alimentos concentrados, venta de materias primas y preparación de premezclas, manifestó que el agua es importante en la crianza de los pollos, pero debe ser de calidad, agregando que es nutriente vital al cual no se le presta un adecuado tratamiento.
En el foro online realizado hace pocos días, explicó que, antes de proporcionar a las aves, se debe identificar de dónde procede el líquido vital y luego someterla a los análisis físico-químicos y microbiológicos, por lo menos, dos veces al año. Se debe medir dureza, pH, alcalinidad, presencia de algunos minerales como: sodio, cloro, azufre, magnesio y otros, y en la parte microbiológica, analizar la presencia de ciertas bacterias potencialmente patógenas que puedan afectar la producción avícola.
El agua ideal para la industria Avícola debe tener: un pH entre 5,5 y 6,5; una temperatura de 18 a 22 grados centígrados, no ser dura ni tener exceso de minerales.
Las aves deben beber agua natural y sin nutrientes. El suministro depende de la fase de crecimiento. Si el agua no cumple con los parámetros para un buen crecimiento, el animal corre el riesgo de perder el apetito y no logra un desarrollo adecuado, o puede presentar un desequilibrio electrolítico y morir.
Los pollos bb son los más vulnerables a sufrir problemas por la mala calidad del agua, puesto que su sistema digestivo es más débil. Un pollo recién nacido requiere alrededor del 40 y 50% de agua al día y un animal en la etapa final de crecimiento entre un 10 y 15%. Por ejemplo, un pollo de 50 gramos necesita 20 mililitros de agua. Con respecto a la composición del pollo, un embrión puede tener un 90% de agua; las aves entre la primera y segunda semana de crecimiento entre 70 y 75%, y antes de su faenamiento, entre el 60 y 65%.
El suministro de agua debe ser permanente. Generalmente, en las granjas se manejan dos tipos de bebederos: de campana y automáticos. En los primeros, el agua está expuesta al ambiente del galpón y tiene mayores probabilidades de contaminación, mientras que los automáticos tienen más seguridades.
Hernández recomendó a los productores de pollos colocar las tuberías por donde circula el agua a un metro de profundidad, para que no se caliente el líquido vital con los rayos solares.