“El agua representa el 60% del peso corporal en aves y 65% del peso en el huevo”: Ing. MSc. Yngrid Oliveros. 2012. (Produccionynegocio.com. www.produccion-animal.com.ar)
Entre el 65 y el 80% de los organismos vivientes están conformados por agua, que debe ser recuperada al mismo tiempo que la pierden por funciones nutricionales o digestivas.
Iván Pérez, médico veterinario, consideró que para que el agua funcione como un nutriente en su máxima expresión requiere cumplir ciertas características físico - químicas y microbiológicas que son importantes para el funcionamiento del cuerpo.
Si se ingiere agua que contenga contaminantes como metales pesados, plaguicidas o microorganismos, el ave puede enfermar o morir.
El agua que necesita el ser humano, los animales y las plantas debe ser de buena calidad, limpia, clara, sin sabor y libre de patógenos. “Estamos especializándonos para proporcionar agua de buena calidad para que todos los organismos vivientes accedan a ella sin que ocasione ningún riesgo”, señaló.
Los niveles de toxicidad son los que generan enfermedades y causan grandes contratiempos al ser humano; en los animales tienen el mismo efecto. Pérez especificó que mediante análisis de laboratorio se puede establecer la cantidad y calidad de estos contaminantes, como por ejemplo el arsénico que a nivel del organismo de un cerdo, un ave o una vaca, puede almacenarse en los tejidos para producir una intoxicación alimentaria al ser humano, a través de su consumo.
Advirtió que también existen ciertos químicos que producen contaminación y que pueden ser acumulativos y enfermar al animal. Si esta carne es ingerida por los humanos puede producir un daño en el hígado de los consumidores.
Responsabilidad de los consumidores
Estos criterios fueron compartidos por el ingeniero civil Agustín Jiménez, quien especificó que el ciclo del agua inicia en la captación y para utilizarla se le adiciona elementos ajenos al recurso. Por ello recomendó que exista responsabilidad “a la hora de entregarlo a la naturaleza”.
“Si entregamos agua contaminada a la naturaleza, antes o después de su empleo, el líquido vital llegará a través del ciclo hidrológico a los cultivos, luego a nuestros hogares en forma de productos, lo que perjudica la productividad y la salud. Por ello es importante no solo captar el agua y almacenarla, sino también pensar en cómo devolverla de manera responsable al medio ambiente. Es en esta fase donde intervienen las tecnologías de tratamiento para mitigar la polución o la contaminación”, dijo.
Los ríos, la lluvia, los deshielos, etc. son fuentes de agua, por lo cual el crecimiento de la población se produce alrededor de ríos, lagos y cuerpos de agua. Sin embargo, estas mismas fuentes que alimentan a las poblaciones son las que reciben a las aguas servidas.
En los últimos años estos cuerpos de agua (ríos) que anteriormente permitían el aseo personal, lavado de ropa y hasta actividades recreacionales, probablemente en este momento están comprometidos, contaminados y debido a su empleo empiezan a aparecer enfermedades y otros problemas que se ven reflejados diariamente, lo que, sumado al conflicto del calentamiento global debido a gases, producto de la contaminación de los residuos orgánicos, generan condiciones ambientales peligrosas que deberían ser tratadas oportunamente.
“Ahora las grandes ciudades deben considerar, dentro de su actividad, un tratamiento adecuado de los desechos para evitar que estos afecten los flujos de agua requeridos para nuestro consumo”, añadió Jiménez.
Estas prácticas no solo perjudican al producto en la parte económica, sino que esa proteína proveniente del ave o del cerdo, termina afectando en las cocinas de los hogares.
Jiménez añadió que la caracterización del agua es fundamental en todos los procesos, y en la parte agropecuaria tiene especial trascendencia, ya que esto permite lograr ganancia de peso y otros beneficios de un producto que al final es un animal que alimentará a la población con productos proteicos importantes.
La principal fuente de contaminación del agua es la catalogada como “de origen orgánico producida por desperdicios, heces, orinas y grasas”. Por otro lado, la presencia de agentes químicos se nota en las áreas industriales por los procesos que se derivan de la industria. Especial atención debemos observar a los sitios de faenamiento, las curtidumbres, las avícolas y las actividades porcinas, entre otras.
Los ríos o las acequias tienen una capacidad de absorber esa contaminación, pero “cuando hay demasiados desechos en el mismo cauce del río, ya no queda tiempo para la depuración y esa contaminación termina llegando a un animal que la consume y se refleja en gran parte de las enfermedades más comunes”, afirmó Jiménez.
Los tratamientos
El tratamiento del agua es un tema muy amplio, pero el gran inconveniente que existe en toda la región es el costo que supone adquirir una máquina depuradora.
En Ecuador hay una inclinación hacia los sistemas libres de energía eléctrica, y tienen una fortaleza económica que no requiere de ningún tipo de energía para lograr el objetivo como una reducción del 70 al 80 % en temporadas cálidas.
A este tipo de sistemas se los conoce como anaerobios. Allí encontramos a los biodigestores UASB y otros. Estas tecnologías liberan metanos y elementos como fósforo y nitrógeno que son nutrientes beneficiosos para la siembra. Sin embargo, al llegar de manera descontrolada a un cauce, pueden generar una proliferación de algas que terminen afectando a la fuente hídrica. Este fenómeno se llama “eutrofización” donde las plantas acuáticas en gran cantidad son capaces de “descomponer el agua” y llegan a consumir la totalidad del estanque, lago o río.
También se cuentan con sistemas “aeróbicos” que son ampliamente desarrollados, pero económicamente son un reto para su mantenimiento porque necesitan electricidad día y noche, y cuando se presenta una avería en una bomba, por ejemplo, la reposición no es tan rápida.
Para un mejor resultado, Agustín Jiménez sugirió desarrollar sistemas combinados que permitirían ahorrar entre un 30 y 50 % de la inversión total.
Aguas salobres
En la Costa coexisten acequias o pozos, son aguas salobres, y no pueden ser suministradas a los animales porque contienen sal. Iván Pérez dijo que de 30 o 40 mil dólares es la inversión para una planta de tratamiento de agua, pero no todos los agricultores tienen esos recursos.
Señaló que en algunas comunidades indígenas o campesinas hay descontento por el cobro exagerado -según ellos- por el agua que también va a ser consumida por los comuneros, agregando que el costo por tomar el agua de la municipalidad para los animales resulta mucho más caro que aprovisionar del líquido vital a una vivienda.
En la Sierra hay lugares donde se encuentra agua a poca profundidad, pero es importante analizar la calidad porque tienen alto contenido de hierro. En este caso los costos para el tratamiento de agua también son significativos.
En Ecuador está vigente la norma INEN 1108, de 2014, que exige parámetros de aceptación para las aguas potables. Por ejemplo, el cloro de las aguas potables tiene que superar el 1.5 partes por millón de acuerdo a la norma, pero en las granjas, para que el agua sea más residual y funcione mucho mejor con el cloro, debe estar en alrededor de tres o cuatro partes por millón.
“Aun así en el agua de la red de suministro se tendría que agregar cloro para compensar el faltante en los animales”, explicó.
Pero hay otro factor que no se toma muy en cuenta y es que en las poblaciones más alejadas utilizan agua de pozo que extraen para la comunidad, los colocan en grandes reservorios con cloro, pero no le filtran. Son aguas entubadas sin calidad.
Es indispensable que para los próximos años se le dé la importancia y el empleo que merece el líquido vital, y parte de eso radica en los costos con los que se adquiere el insumo: si el costo del agua es muy económico, y el recurso es abundante, como ciudadano no le daré la importancia que merece.
“Reusar el agua es la sostenibilidad de la especie humana en los próximos años. El agua dulce en el planeta es de menos del 1 %. La mayor cantidad del agua es salada, y la mayor cantidad de agua dulce está congelada en los polos norte y sur, pero cumpliendo una función climática en favor del planeta”.
Factores de contaminación
Jiménez advirtió que como consecuencia de este fenómeno hay países o pequeñas islas que en el mundo están en riesgo de desaparecer en los próximos diez años producto del calentamiento de los polos que provoca que los mares se eleven y cada día pierdan terreno.
Esta es una realidad que llama a la puerta y hay que afrontarla y actuar de manera responsable y tomar conciencia sobre la frase “cuando compras el agua te da el derecho a usarla, y, por ende, indirectamente te da el derecho a contaminarla; entonces estás formando parte de un problema si no se le das el tratamiento correcto”, subrayó Jiménez.
En las ciudades se puede disponer de agua de la más alta calidad del mundo y la mejor tratada, pero en la red de conducción también hay elementos que pueden contaminarla por incrustaciones, material orgánico, minerales en exceso que se transforman en puntos de producción de bacterias que fomentan el ciclo de contaminación.
En las granjas avícolas donde no se sujetan a ningún tratamiento en las tuberías, provoca mayores problemas así se coloque cloro o potabilizador.
Tratamientos
El técnico Roberto Toapanta recomendó que el área avícola debería disponer de fuentes de alimentación con agua de excelente calidad, no solamente potable sino de la más alta pureza y que tenga tecnologías como de ultrafiltración acompañado por un sistema de ozono (gas que se mezcla con el agua) con capacidad de proveer de agua residual hasta las siguientes 48 horas.
“El cloro es bueno para desinfectar, pero hay riesgos de que se produzca cáncer o modificaciones celulares”. El ozono también se emplea en plantaciones (elimina la sigatoka negra en los cultivos de banano). Además, es conveniente que en las haciendas y granjas se mantengan limpios los tanques de reserva de agua.
Lo que actualmente se utilizan son tanques de polietileno con capacidad de gran almacenaje y que pueden limpiarse con mayor facilidad. El tanque metálico genera corrosión y oxido.
Jiménez aclaró que el uso del ozono es una práctica nueva y su acción es muy rápida a diferencia del cloro que requiere de unos 30 minutos para actuar. “El efecto de desinfección es superior al cloro y se genera en sitio, aunque evidentemente requiere de electricidad”. Lo que se busca es un sistema lo más automatizado, rápido, eficaz y más barato posible, que elimine el 99.9 % de bacterias.
No obstante, reconoció que el cloro sigue siendo el agente de desinfección por excelencia en todas las potabilizadoras de casi todos los países del mundo, porque permite generar un residual que se transporta por la tubería y protege el agua por más tiempo.
Alternativa al cloro
Pérez consideró que lo que deben desaparecer de las tuberías las partículas y unidades formadoras de colonias de bacterias, como los coliformes totales porque causa enfermedades a las aves y a otros animales.
“El cloro se puede seguir utilizando porque es más económico, pero adicionalmente empiezan a surgir otros elementos como el peróxido de hidrógeno que se emplea en las ciudades para potabilizar, así como en las granjas avícolas o en las granjas de cerdos, o para el mejoramiento de las raíces en el sector agrícola”, agregó.
La lámpara de luz ultravioleta elimina el 99.9 % de bacterias, pero tiene la deficiencia de no ser residual. Estas nuevas alternativas son relativamente costosas; pueden tener una inversión inicial alta, pero no tienen que ser usadas con frecuencia. Mientras que el cloro debe aplicarse de manera permanente.