En Ecuador esta técnica se utiliza muy poco en la industria y las granjas. El costo incide.
“Cuando se encuentra una bacteria se debe explicar a los productores que puede ser transmitida a los consumidores o si es peligrosa o patógena para las aves o los animales”, explicó Christian Vinueza, al indicar que también se deben plantear algunas preguntas como: ¿qué causa la enfermedad? ¿qué tan grave es? ¿en qué se parecen o se relacionan estas bacterias con otras que pueden existir en el medio ambiente?
Agregó que esta información puede ser obtenida por medio de la tecnología molecular, que permite una mejor resolución de la información”. También puede identificar, tratar y buscar una solución, elaborar una vacuna e incluso un medicamento para solucionar el problema, aunque todo depende del nivel de exactitud con el que se quiera estudiar a los seres vivos.
“Se trata de una base tecnológica y científica; hay que tener un conocimiento previo de cómo conducir las pruebas moleculares en un laboratorio y cómo interpretar las pruebas moleculares”, dijo.
Por ahora son sistemas que se aplican en un mayor porcentaje en los países industrializados, aunque Vinueza estimó que a medida que bajen los costos, será más accesible. Hace 20 años, cuando empezó a desarrollarse el primer proyecto de genoma humano demoró diez años y costó mil millones de dólares. Ahora se obtiene en ocho horas y cuesta dos mil dólares. Al finalizar la década, los precios bajarían a cinco dólares o menos.
Afirmó que a medida que se den las facilidades, haya personas capacitadas para estas técnicas y se implementen en laboratorios de servicios, empezarán a ser empleadas porque no hay otra alternativa.