Estas técnicas permiten realizar cambios positivos en la genética para crear nuevas variedades, que tendrán mayor capacidad de rendimiento y no presentarán daños de bioseguridad en el ambiente ni en el ser humano.
Sergio De Los Santos, del Instituto Tecnológico de Sonora – ITSN de México, explicó que esta técnica acelera el proceso de variabilidad genética, que en la naturaleza se da de forma lenta y demora muchos años. Con las técnicas nucleares se tiene la posibilidad de acelerar y generar nuevas variedades en el corto tiempo, para satisfacer la demanda alimentaria, al tener una variedad resistente a los cambios climáticos y lograr una alta productividad en el corto período.
Según el experto, hasta el 2050 la temperatura del mundo aumentará entre 3 y 4 grados centígrados, y perjudicará el cultivo de trigo en México. Con estas técnicas se pretende mitigar este efecto.
“Esperamos en unos tres o cuatro años tener una variedad mejorada de trigo con las características mencionadas para entregarlas a los productores. Junto con otras herramientas tecnológicas, el agricultor no tendrá que utilizar fertilizantes ni químicos; más bien se producirá un beneficio ambiental y habrá una reducción de costos para el productor.
“Los agricultores no deben tener miedo a utilizar técnicas nucleares para cultivar; deben familiarizarse con los métodos porque ayudan a generar nuevas variedades con cero riesgos”, refirió De Los Santos.