La aplicación de energía nuclear para la producción de soya o soja fue el tema que expuso Héctor Nakayama, de Paraguay, líder del proyecto RLA 5068 de la OIEA-ARCAL, cuya investigación empezó en 2016 y se extiende hasta la actualidad; es financiada por el organismo de Energía Atómica.
Este cultivo tuvo mucho impulso con el empleo de la biotecnología y los resultados son exitosos en ese país. Paraguay exporta la mayor parte de soya en grano y el resto se industrializa. Un segmento se emplea como semilla.
Con las aplicaciones nucleares se pretende obtener variedades tolerantes y resistentes a cualquier problema de clima y de plagas, porque la principal patología que afecta a este cultivo es la macrophomina phaseolina, que es un hongo fitopatógeno con origen en el suelo y en la semilla, perteneciente a la familia Botryosphaeriaceae. Ocasiona la podredumbre del tallo y es difícil de controlar.
Para el estudio se utilizó una variedad convencional, que fue sometida a diferentes dosis de radiación gama para determinar su sensibilidad. Con esta investigación se mejoró la semilla y otras variedades, resistentes al hongo mencionado.