Desde el 15 de noviembre del presente año se entregan las licencias para importar maíz; las empresas que compraron más grano ecuatoriano, accederán a mayores cupos.
Anualmente, la industria avícola del país necesita aproximadamente un millón 300 mil toneladas de maíz amarillo duro para la elaboración de balanceado. Sin embargo, a pocos meses de finalizar el 2022, después de varios análisis el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) estableció que el déficit de grano para este año es de 160 mil toneladas, aproximadamente.
A partir del 15 de noviembre, dicha Secretaría de Estado entrega las licencias para la importación del grano pero tomando en cuenta que no afecte la cosecha del siguiente año que comienza en abril, indicó Óscar Torre, subsecretario de Comercialización del MAG.
Las provincias que cultivan maíz amarillo duro son:
Guayas
Manabí
Los Ríos
Loja (incrementó la producción en 2022),
En la Amazonía, se empezó a sembrar maíz.
Las autoridades del Ministerio mantienen reuniones con los miembros del Consejo Consultivo del Maíz, para definir la cantidad de grano que se debe adquirir vía importación cada mes, para los próximos cinco meses en que no hay producto nacional; es decir, en noviembre y diciembre de 2022, así como en enero, febrero y marzo de 2023. Los cupos se entregarán conforme a la cantidad de maíz nacional que adquirieron las industrias.
“Este año la producción de maíz amarillo duro, en el ciclo de invierno, se dio conforme a lo previsto y con beneficios para los agricultores, quienes obtuvieron un buen precio por el grano”, aseguró Torre.
No obstante, el problema se centra con los pequeños y medianos productores de balanceado y de proteína animal, quienes resultaron afectados por el aumento de los precios internacionales y por la logística, razón por la cual debieron comprar un producto más caro.
“Estamos trabajando para que, en la siguiente cosecha, las empresas pequeñas y medianas accedan a maíz y a soya más barata. Tendrán un cupo especial. Para ello, es necesario que se agrupen e importen directamente, con lo cual se reducirán los costos de producción”, explicó.
Torre añadió que para la producción local se buscan socios estratégicos, para que compren el maíz a un precio justo que cubra la inversión y los agricultores obtengan una ganancia. Será un socio privado extranjero. El Gobierno, a través del MAG, será un facilitador de este proceso.
La empresa asignada, recibirá los permisos respectivos y la información de las asociaciones, entre otros documentos para cumplir con este objetivo. “Esperamos concretar esta propuesta hasta fines de 2022”, manifestó Torre.
También, se creará una reserva estratégica del producto, para evitar especulación cuando no exista cosecha. “Todo eso tenemos que realizar con las industrias. La cadena productiva debe trabajar en conjunto, para beneficio de todos”.
Torre ratificó que el precio mínimo de sustentación se mantiene en 15,75 dólares por el quintal de producto. En diciembre se revisará el valor y se determinará si se incrementa o continúa igual. Este año, el agricultor vendió entre 18 y 19 dólares el quintal.
Escasa producción de soya
Apenas llega al 1,5% del total que necesita la industria de balanceado. El precio mínimo de sustentación es de 30 dólares el quintal. En este caso, el MAG distribuyó los cupos para laimportación de soya.
Lamentablemente, en el país no se puede utilizar semilla transgénica y la productividad nunca se comparará con la de otros países. Asimismo, la capacidad para procesar la soya en pasta y aceite es limitada. “Anhelamos poder transformar la soya en el país, para lo cual, se trabaja en esta alternativa”, comentó Torre.