Para la preparación de alimento balanceado se requiere entre el 90 y 93% de maíz y soya; se complementa con productos menores, como: fosfatos, aminoácidos y aceites.
La preocupación por la escasez de maíz amarillo duro, para la elaboración de alimento balanceado es general. Si bien, las autoridades del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) definieron que el déficit es de 160 mil toneladas, Ernesto Freire, gerente de Aliforte y director de la Asociación Ecuatoriana de Fabricantes de Alimentos Balanceados (Afaba), mencionó que es necesario un 20% más, hasta que salga la cosecha de invierno, que comenzará en abril de 2023.
“Esperamos que nos autoricen importar ese volumen lo antes posible. Anhelamos que en noviembre se concrete, ya que en el exterior los pedidos se deben realizar con antelación”, dijo.
Manifestó que los industriales deben empezar a realizar las compras este mes, para que los embarques sean en diciembre y el producto llegue al país en enero de 2023, “para evitar un desabastecimiento del grano y, especulaciones de los intermediarios”.
El consumo mensual de la industria es de alrededor de 104 mil toneladas de maíz amarillo duro. En seis meses en que no hay cosechas, se requiere más de 600 mil toneladas, pero el MAG solo permite importar 160 mil, porque la diferencia se cubrirá con el stock que tiene cada empresa, con el rezago de la cosecha de verano, más la que produzca el Oriente.
“En el país hay maíz amarillo duro únicamente para un par de meses, por eso es urgente que el MAG apresure la entrega de cupos y las autorizaciones, para así garantizar el abastecimiento en los siguientes meses”, señaló Freire.
Agregó que, en medio de esta preocupación, “es beneficioso saber que el Gobierno no cerró las puertas a los pedidos de la industria, aunque todos los ofrecimientos son verbales y no hay un documento que nos respalde. Sin embargo, es una respuesta inicial y en el caso de nuevos requerimientos, las autoridades del MAG están dispuestas a abrir una segunda importación de maíz. Todo depende del nivel de lluvias, que se presenten en el país, y de las siembras para el siguiente año”.
Con respecto al precio del grano, Freire manifestó que nadie respeta el precio mínimo de sustentación, razón por la cual el MAG fijará un piso y un techo. “Este es el ofrecimiento para el próximo año y esperamos que se cumpla”.
En cuanto al panorama internacional, para 2023 no se prevé que los precios bajen y la industria debe trabajar en base a esta realidad.
La situación es más complicada para el pequeño y mediano industrial, porque no disponen de reservas de maíz. La mayoría compra diariamente.
Todos los insumos para la elaboración de alimento balanceado subieron en los mercados internacionales aunque en el último trimestre se produjo un decrecimiento de precios en fosfatos, aminoácidos y aceites, aunque estos rubros son menores, enfatizó Freire.