La demanda creciente de alimentos está llegando al límite. Se necesitarán nuevas alternativas para que la industria crezca y se desarrolle, aunque al mismo tiempo es necesario reducir el impacto ambiental.
Alrededor del mundo, el sistema alimentario es el responsable de un tercio de las emisiones globales del efecto invernadero, y si bien la acuicultura y la agricultura representa menos del 6,5% de las emisiones globales, es hora de “comprometerse y adoptar acciones concretas y medibles”.
Esta fue la reflexión que planteó Jorge Díaz Salinas, gerente de la Unidad de Sostenibilidad de la corporación Skretting, durante la presentación virtual del reporte de “Sostenibilidad 2021”.
Consideró que uno de los compromisos y desafíos debe enfocarse en el impacto social. ¿Cuál es el mecanismo más idóneo para lograrlo? “La clave es producir alimentos de una manera que genere un impacto positivo en los agricultores, acuicultores y todos aquellos que estén inmersos en la cadena de valor. Especialmente -señaló- considerando que la acuicultura genera ingresos y fuentes de empleo para un 10% de la población mundial”.
Informe de la FAO
La acuicultura cumple un rol fundamental para responder a este desafío. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esta actividad productiva crecerá más allá del 30% hacia 2030. “Es una gran noticia para la industria por las perspectivas que se avizoran”, pronosticó Díaz.
Afirmó que los peces y camarones que deberán ser cultivados en el futuro, también deberán estar bien alimentados. Para su producción se necesitará de al menos 40 millones de toneladas de ingredientes adicionales de lo que se emplean en la actualidad.
Soluciones innovadoras
La marca Skretting provee soluciones innovadoras que están representadas en productos y servicios que buscan generar mayor eficiencia en la producción de las camaroneras. Con esta iniciativa se genera un pilar de transparencia y confianza con salud y bienestar, y se prioriza en cómo generar resistencia a los antimicrobianos.
Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) determina que al 2050 la resistencia a los antimicrobianos sería la principal causa de muerte en el mundo “si no se pone un alto”.
Por ello, Skretting plantea la necesidad de generar acciones concretas y urgentes para enfrentar este desafío.
Otro tema que toma relevancia es el compromiso de articular cadenas de producción libres de deforestación. En este caso, el ingrediente que genera mayor controversia es la soya, particularmente la que proviene de Brasil debido a su conexión con el Amazonas.
La acuicultura (responsable de al menos el 6% de consumo mundial) y especialmente la industria del salmón, recibe críticas “justas” por el empleo inadecuado de la soya en el alimento.
Díaz aseguró que, en 2021, el 60% de la soya que se utilizó en la corporación Skretting estuvo libre de deforestación o provino de países con bajo riesgo de deforestación. Este es un logro importante respecto a 2019 cuando solo se alcanzó el 33%.
La corporación también tiene el objetivo de utilizar ingredientes alternativos o nobles (insectos y proteínas unicelulares), y sus administradores están convencidos de que este tipo de nuevos elementos, que pueden ser aplicados en la industria, son parte del futuro.
El propósito hacia el 2025 es incluir entre el 4 y 5% con esta nueva formulación alimenticia; desde 2017 se ha identificado y probado cerca de 250 combinaciones con estos insumos.
Emisiones de efecto invernadero
Otro de los compromisos es reducir en un 30% las emisiones directas de efecto invernadero que provienen de las operaciones que desarrolla Skretting. Entre ellos, el combustible para los equipos.
Para llegar al objetivo de eliminar, de alguna manera, los gases de efecto invernadero se cuenta con un plan que consiste en colaborar con los proveedores de Skretting e incentivarlos para que ellos también se acoplen a los objetivos de tratar de reducir la huella de carbono.
¿Qué hacemos si tenemos un cliente cuyo producto tiene una baja huella de carbono que genera un impacto negativo en la biodiversidad? El análisis en este caso debe enfocarse en los componentes marinos que tienen una huella de carbono mucho menor que la mayoría de los ingredientes vegetales que se emplean cotidianamente, puntualizó.
Pero ello también conlleva un riesgo: si aumenta su empleo se estaría contribuyendo con la sobrepesca y el resultado sería una afectación a la biodiversidad.