Cuidar de lo que las aves consumen es vital para una adecuada salud intestinal, así como excelente crecimiento y rendimiento.
La frase que “somos lo que comemos” está más cerca de la verdad de lo que se cree. El ser humano, como los animales, depende en gran medida de lo que come, por lo que todo debe ser cuidadosamente seleccionado, para mantener la integridad del aparato digestivo.
Desde esta perspectiva, la salud intestinal de las aves es un punto crítico de control para el avicultor, si es que desea obtener el mejor rendimiento posible de sus animales. Sin salud intestinal no es posible esperar un buen resultado, pero si muchas pérdidas.
La función básica del aparato digestivo es tomar los alimentos y someterlos a un complejo proceso llamado digestión, para transformarlos y captar de ellos los nutrientes que son utilizados por el organismo en todas sus funciones vitales (producción, mantenimiento, crecimiento, reproducción inmunidad, etc.); también transforma y elimina, en forma de desechos, aquello que el organismo no necesita.
Sin salud intestinal no hay una adecuada absorción de nutrientes, por lo que la salud y la inmunidad se ven afectadas y por lo que la productividad se pierde, abriendo la puerta a posibles agentes etiológicos de enfermedad (bacterias, virus, hongos, toxinas).
Sin una integridad intestinal adecuada se pueden alterar los agentes bióticos o abióticos. En los primeros están las bacterias, virus, hongos y parásitos.
El otro grupo incluye sustancias tóxicas que pueden ser tomadas por el animal, del agua y del alimento, siendo por lo general de naturaleza inorgánica (minerales, metales pesados, plaguicidas, etc.).
Los agentes más comúnmente implicados en la alteración de integridad intestinal son las bacterias, hongos y coccidios.
Logros de una buena salud
Preservar la integridad del intestino conlleva una adecuada utilización de los nutrientes de las dietas para una mejor salud general que permite respuestas inmunes precisas ante agresiones de patógenos.
Esto se traduce en menor prevalencia de infecciones por salmonella, E. coli, clostridios, coccidias y por lo tanto, en un mejor status sanitario de la granja que se verá reflejado en buenas producciones y mejores réditos para el productor.
Para lograr una buena salud intestinal se pueden definir, principalmente, los siguientes temas: alimentos balanceados; calidad de agua de consumo; control de plagas y roedores; utilización de aditivos o suplementos que apoyan la promoción de la salud intestinal; empleo de anticoccidiales.
Calidad de alimentos balanceados
Junto con la calidad del agua, son las puertas de ingreso para los agresores de integridad intestinal por lo que se deben tener en cuenta aspectos como: calidad de materias primas, formulación, fabricación, cantidad y suministro oportuno.
El control de la calidad microbiológica de las materias primas es crítico y debe realizarse de manera casi obsesiva en busca de toxinas, en especial en materias de origen animal (harina de pescado, plumas, carne, vísceras, etc.) y granos.
La disponibilidad de insumos de la mejor calidad previo control de muestras, el manejo y almacenamiento adecuados de materias primas, garantizan la inocuidad de los alimentos de suministro para los animales.
Calidad de agua de bebida
El agua es vida, pero si no es de buena calidad, es la fuente de entrada de gran cantidad de agentes infecciosos, parásitos, infecciones bacterianas, virus. Un gran porcentaje de infecciones por E. coli llegan de las aguas contaminadas.
Es fundamental mantener prácticas precisas para preservar la calidad del agua de consumo de las aves, que debe ser tan buena como la de los humanos. El monitoreo continuo de la aspectos físico-químicos y microbiológicos del agua, garantiza en buena parte la sanidad intestinal.
Control de roedores
La salmonella es una de las grandes amenazas de la producción avícola y de la salud pública. El control de roedores contribuye a la eliminación de este agente en la granja y muchos otros más que impactan en la salud intestinal de las aves.
Esta es una tarea muy importante que hay que hacerla con la asesoría de expertos; muchas veces, fracasa porque se pretende realizarla sin el conocimiento que exige.
En la próxima entrega tratará sobre la utilización de aditivos promotores de salud intestinal, las alternativas al empleo de promotores de crecimiento, además de los extractos y aceites esenciales de origen vegetal.
Edgar Fernando Rodríguez Castaño.
MVZ. MBA. Novalfarm Ltda.