La producción de maíz amarillo duro es fundamental para el normal funcionamiento de la cadena de proteína animal: carne de cerdo y aves, así como la producción de huevos.
Para generar esta proteína se requiere de un abastecimiento mensual de 104 mil toneladas métricas de maíz amarillo duro. Esto significa que, aunque la cosecha de verano ha sido buena, no abastecerá la demanda para la producción de alimento balanceado en este periodo de escasez del producto entre diciembre y mayo. A fin de cubrir este faltante el Ministerio de Agricultura autorizó un cupo de importación de 166.000 toneladas, el cual, de acuerdo con la industria, si bien cubrirá en buena parte el déficit, no será suficiente.
Jorge Josse, director Ejecutivo de la Asociación de Productores de Alimentos Balanceados (Aprobal), informa que en los 7 meses que van desde octubre de 2022 a abril de 2023 la industria de proteína animal demandará 728 mil toneladas métricas de maíz amarillo.
La cosecha de verano que está por salir, desde octubre hasta diciembre, se estima, tanto por el MAG como por la industria, en alrededor de 180.000 toneladas. La cosecha de verano se siembra en ciertas áreas de la provincia de Los Ríos en donde existen las condiciones de humedad adecuada entre Abril y Julio, como para sembrar maíz. Se estima que, de la cosecha de verano, restan 180 mil toneladas por salir, por cuanto 80 mil ya salieron en septiembre. A esto se suma un cupo de importación de 166 mil toneladas, y los inventarios de 300 mil toneladas: 260 mil de la industria y 40 mil de los comerciantes. En total se estima la existencia de 646 mil toneladas.
De la última cosecha de 2022 (cosecha de verano), se obtendrá entre 20 mil y 30 mil toneladas.
Josse consideró que, para cubrir el requerimiento de la industria de maíz amarillo duro, durante los casi siete meses de escasez, se necesita que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) autorice la importación de, al menos, 200 mil toneladas y no de 166, según el cupo aprobado.
“Las autoridades del MAG no consideran a todo el mes de abril para el cálculo del déficit, a pesar que el Acuerdo Ministerial así lo establece”, mencionó el Director Ejecutivo de Aprobal.
Josse refirió que, afortunadamente, la cosecha de verano fue buena y el precio se ha mantenido, hasta el momento, en 20,50 dólares el quintal, Sin embargo, es un precio alto considerando que el maíz importado tiene un costo de alrededor de $18 el quintal. El maíz nacional se ubica, por tanto, un 32% sobre el precio mínimo de sustentación que rige, de $15,57 y un 14% sobre el precio internacional CIF Guayaquil.
Indicó que, en mayo del presente año, en plena cosecha, la especulación elevó el precio del quintal de maíz a $22 y $23 dólares; luego ha ido disminuyendo lentamente hasta ubicarse en $20,50.
“El precio debe ser competitivo; caso contrario el consumidor tendrá que pagar más por la proteína y perdemos competitividad frente a los países de la región, lo cual fomenta el contrabando”, alertó Josse.
Además de la subida general de las materias primas a nivel internacional, por la reducción del flujo de trigo ucraniano a los mercados, por la guerra en Ucrania, el río Mississippi está con bajos niveles de agua y las barcazas no pueden transportar a toda su capacidad, el grano desde los centros de producción hasta los elevadores. Esto ha causado que el maíz de Estados Unidos esté cotizando más alto que el de Argentina.