Roger Clotet Martínez
Doctor en ingeniería
Docente e investigador de la Universidad Internacional de Valencia
Actualmente millones de personas sufren de hambruna, debido a la falta de una fuente estable de alimentos. Según la FAO, 124 millones de personas en 51 países sufrían de inseguridad alimentaria en 2017. Lejos de mejorar, esos números han aumentado con las últimas crisis.
Esta inestabilidad de acceso a los alimentos se puede deber a: cambio climático, guerras, mala distribución de las tierras, disrupciones en la cadena de suministro, ineficiencia en su producción, y la pandemia de la Covid-19, entre otros.
De acuerdo con el Panorama regional de seguridad alimentaria y nutricional 2021, en un año, y en el contexto de la pandemia, el número de personas que viven con hambre aumentó en 13,8 millones. En América Latina, en total, son 59,7 millones de personas.
La FAO estima en Colombia una tasa de desnutrición en 8,2 % de la población; en Perú, 15,5 millones de habitantes se encuentran en situación de inseguridad alimentaria por causa de la pandemia, mientras que Ecuador muestra un fuerte incremento de 2018 a 2020: subió 12 puntos porcentuales, pasando de moderada a severa; y en Chile el 15,6% de la población sufre algún tipo de inseguridad alimentaria moderada o severa.
El impacto de la Covid-19, en la seguridad alimentaria, se debe a que muchas personas se quedaron sin empleo y esto afectó la capacidad de los hogares para generar ingresos. Las brechas y desigualdades aumentaron.
En muchos países la agricultura familiar supone un porcentaje relativamente significativo de las explotaciones, pero no siempre tienen los recursos necesarios para optimizar su producción.
Una de las maneras de optimizar los cultivos es mediante las TICs. Su empleo permite aplicar técnicas de Agricultura de Precisión. Una de las de mayor impacto, debido a su relativamente fácil implantación y bajo costo, es el empleo de redes de sensores inalámbricos (WSN del inglés Wireless Sensor Networks). La aplicación de estas redes mejora la producción, optimiza el empleo eficiente de los recursos, por ejemplo, la utilización del agua o la utilización de fertilizantes.
Debido al creciente interés de la comunidad científica en el empleo y aplicaciones de redes de sensores inalámbricas, se realizó una revisión sistemática de los trabajos en el área, de la cual se observa un incremento sostenido de los trabajos en el área con un pico de publicaciones en 2017. Podría significar una forma para reducir la inseguridad alimentaria de las poblaciones en el futuro.
El empleo de las TICs en la agricultura es fundamental para disminuir la hambruna, ya que optimiza los cultivos. De forma colateral esto mejora la calidad de vida de los agricultores y en especial de las explotaciones familiares.
En Latinoamérica existen proyectos interesantes, pero aún es necesario mayor implicación tanto de los centros de investigación, los entes públicos como de los mismos agricultores, no solo en la generación de nuevos desarrollos, sino también en la divulgación de los trabajos ya realizados o en ejecución.