El consumo de calcio, por parte de las aves, es vital porque la cáscara de huevo tiene un 98% de este mineral.
Sobre el tema “Los factores que afectan la calidad de la cáscara del huevo y qué hacer para superar este problema”, expuso Mireya López, profesional que conforma el equipo técnico de Trouw Nutrition, en la conferencia virtual realizada para varios países de Latinoamérica.
La experta indicó que las actuales gallinas ponedoras tienen un alto potencial genético para producir huevos, además de que disponen de ambientes adecuados, sanidad y nutrición.
“Para determinar la calidad del huevo, se toma en cuenta la frescura, la calcificación, el color de la cáscara y de la yema; la consistencia, limpieza y presentación”, dijo.
Indicó que a los consumidores de huevos les interesa la firmeza de la clara y la dureza de la cáscara, mientras que para el productor, la calidad de la cáscara es fundamental, porque las fisuras generan desecho y las consiguientes pérdidas económicas. En el caso de las reproductoras, la calidad de la cáscara y la incubación van de la mano”, explicó.
La cáscara está compuesta, mayoritariamente, por carbonato de calcio, pero también están presentes fosfato de calcio y carbonato de magnesio, en cantidades menores. Esta estructura supone, aproximadamente el 10% del peso total del huevo y su función es proteger, gracias a su dureza y grosor, el contenido. La genética, las diferentes enfermedades que afectan a las aves, el estrés, la edad de la gallina y una mala nutrición inciden en la calidad de la cáscara.
El consumo de calcio es vital porque la cáscara de huevo tiene un 98% de este mineral, y las aves deben ingerir en la tarde y, de ser necesario, en la noche porque la gallina cada 12 horas agota el calcio del organismo.
El resto de nutrientes se deben ajustar a las necesidades del desarrollo de la gallina. Por ejemplo, la deficiencia de cobre disminuye la absorción de calcio, pero se debe tener mucho cuidado con otros elementos. El exceso de fósforo inhibe la movilización de calcio de los huesos, por lo tanto, es necesario limitar su consumo después de las 60 semanas. Igualmente, la presencia de un nivel adecuado de vitamina D en la dieta, es imprescindible para una buena calcificación de huesos y del cascarón.
Para mejorar la calidad de la cáscara y proteger a la gallina de problemas de calcificación, es fundamental que las aves inicien la postura con una reserva de calcio adecuada, lo que significa un hueso medular bien formado, principalmente de tibia y fémur, que empieza unos diez días antes de la postura.
También, se deben aplicar las vacunas de forma correcta y en los respectivos tiempos de crecimiento, así como no disminuir la frecuencia de recolección de huevos o someter a las aves a cambios bruscos de iluminación y estrés.