La cosecha veranera del maíz (en sus variedades de emblema ultra y normal), dejó mucho optimismo a los agricultores y productores de la gramínea.
Está el ejemplo de Balzar, provincia del Guayas, en donde las cinco hectáreas sembradas produjeron 900 quintales, o 45 toneladas. La producción se entrega a empresas como San Camilo, que cancela hasta 22 dólares por quintal.
“En este año agrícola no se han registrado problemas de precios a pesar de los altos costos de producción que todavía se registran por hectárea. Aunque el precio mínimo de sustentación estuvo en 15.75 dólares, el costo de producción está calculado en más de 8 mil dólares por cada hectárea”, señaló Alberto Rosales, productor agrícola y pecuario.
La cosecha de invierno del año pasado dejó 180 quintales por hectárea, y para este año se proyecta un porcentaje mayor. Se descarta que el maíz vaya a manos de intermediarios.
Para evitar que el maíz se deteriore, los agricultores han optado por mantener al grano en la mazorca, y como previsión, 20 mil toneladas de maíz también permanecen almacenadas.
Para el 2023, los agricultores están listos para empezar a preparar los suelos, y seguir trabajando porque saben que la ayuda del Gobierno es mínima.
Las zonas donde se siembra el grano se mantienen expeditas, pues son sitios donde se presentan plagas, aunque eventualmente se deben utilizar fungicidas para evitar inconvenientes.
Sesión del Consejo Consultivo
El objetivo de la última reunión del Consejo Consultivo del Maíz era llegar a consensos para un posible Tratado de Comercio con Costa Rica.
Pero los productores de maíz de Balzar advierten que esta decisión podría dejar desempleados a muchos agricultores, a quienes la asociatividad y el trabajo en grupo y coordinado les ha permitido crecer en producción, por lo que exigen al MAG el cumplimiento de compromisos.
Este sector también está enfocado en gestionar recursos para incorporar una planta de tratamiento de biocombustible para aprovechar el bagazo del maíz y producir alimentos balanceados.
Además, los productores están convirtiendo a los predios en fincas integrales no solo para cultivos sino para la crianza de ovejas, ganado, entre otros.