Este año, los productores de maíz amarillo duro de la provincia de Loja estiman producir aproximadamente un millón de quintales del grano, equivalente a 50 mil toneladas.
El producto será comercializado en la industria nacional, principalmente en ciudades de la Costa y Sierra.
Parte de esa producción es generada por los 300 miembros de la Asociación de Productores Agropecuarios Nuevos Crisoles, con sede en el cantón Celica, Loja, que iniciaron este cultivo en 2005.
El administrador de este gremio, Néstor Soto señala que en la actualidad desarrollan variedades híbridas de maíz amarillo duro, principal materia prima para la elaboración de alimento balanceado para la generación de proteína animal (carne de aves y de cerdo, y huevos).
Aunque no reciben el apoyo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), esperan que a través del Proyecto Nacional de Semillas para Agrocadenas Estratégicas puedan acceder a la oportunidad de mejorar los niveles de producción.
En Loja, además, existen otros productores de la gramínea. Están asentados en las poblaciones de Alamor, Macará, Pindal, y Zapotillo, donde se genera una importante producción de maíz.
Los productores de la gramínea en esta provincia solo generan una cosecha al año: en época de invierno (diciembre a mayo). El resto de meses (mayo, junio, julio, agosto) se dedican a la cosecha; los agricultores, en este lapso, limpian los terrenos y realizan otras actividades inherentes al campo como la siembra de maní, zapallo y fréjol.
Piden apoyo al gobierno para que se incrementen actividades agrícolas como el cultivo de hortalizas por tratarse de un producto que necesita menos agua y menos espacio. También consideran que se debería aprovechar la generación de electricidad, que permita obtener agua de riego para los cultivos.