“Epidemiología molecular de virus respiratorios aviares en Ecuador” fue la charla que sustentó María Revelo Cueva. Presentó los resultados de un proyecto de investigación realizado con el apoyo de la Universidad Central del Ecuador, y la Universidad Nacional de La Plata (Chile).
La propuesta busca caracterizar de manera molecular el virus respiratorio de newcastle, bronquitis infecciosa y laringotraqueitis aviar, y conocer qué variantes o cepas circulan en las granjas tungurahuenses y del Centro del país.
Para ello se realizó un muestreo en 47 granjas, y pruebas de PCR (Prueba de Proteína Reactiva), que permitieron determinar si los virus estaban o no presentes en dichas granjas.
El proyecto dio como resultado que 16 granjas resultaron positivos al virus de Bronquitis, 46 a Newcastle y tres a Laringotraqueitis. De estas, solo se pudo caracterizar molecularmente a la Bronquitis, amplificando la región hipervariable y se la halló circulando en la provincia, en cepas que pueden estar relacionadas con la vacunación como la Massachusetts o la 491.
Para newcastle no se realizó la caracterización molecular, porque no se logró amplificar la región F. Sin embargo, se continúa con el monitoreo para efectuar nuevas pruebas moleculares para conocer si existe una variación genética con Newcastle. Los programas de vacunación se deben mejorar, no con el ingreso de cepas, sino con nuevos estudios científicos, sugirió.
María Revelo alertó que estos virus, junto con la salmonella, son las que están presentes en la provincia y el país, no solo por las pérdidas económicas que puede generar en la producción de huevo a raíz del brote, sino que su control genera una alta inversión económica en la adquisición de vacunas.
Recomendó a los productores amplificar los controles y las medidas de bioseguridad, ya que la provincia de Tungurahua es una zona con alta incidencia de granjas que deberían estar separadas por lo menos tres kilómetros de distancia, una de otra.
“En este sector, de acuerdo con los registros que tenemos, las medidas de bioseguridad no son del todo satisfactorias; hay que mejorar los programas de vacunación”, sugirió la especialista.
Efectos de patologías en el tracto respiratorio
Las pérdidas económicas por efecto de las patologías en el tracto respiratorio de las aves, en todas las industrias del mundo, son “verdaderamente abrumadoras, significativamente importantes y nos hacen entender que de una u otra manera nuestro trabajo en función de controlarlas, debe mejorar”.
Esta fue la alerta que planteó Elías Osorio en su charla “Diagnóstico de enfermedades respiratorias aviares”. Explicó que la frecuencia de la enfermedad no es un tema que ha podido ser dilucidado, porque en la formación de los profesionales en las universidades, en donde se imparten estos conocimientos, se ejemplifican con casos de enfermedades, sobre todo, infecciosas o simples.
Pero, es en el campo, cuando se monitorea la situación sanitaria de las granjas, donde se encuentra en las patologías no tan agresivas, se presentan síndromes o cuadro sindrómicos a los que se diagnostica, generalmente a nivel viral. Pero se desconocen los otros componentes de la infección microbiana.
Indicó que el control se realiza de acuerdo con el diagnóstico que se presenta. El sistema respiratorio es el más expuesto a la acción o actividad de agentes externos, físicos, químicos, del medio ambiente, patógenos, virus, bacterias, hongos, o parásitos.
Dijo que, sin embargo, se trata de estructuras altamente funcionales, especializadas, y absolutamente delicadas que merecen una atención particular de parte de los profesionales de la salud en esta rama.
Elementos como un clima adecuado, ventilación, buena calidad de alimento, de agua, temperatura, son aspectos que deben ser observados con especial atención por parte del productor.
Para prevenir el avance de estas patologías, Osorio dijo que lo más importante es un diagnóstico a tiempo, y considerar a las enfermedades como generales, y no individuales. “Cuando a las enfermedades respiratorias se les considera como muy complejas, se deben aplicar estrategias integrales para identificar a los elementos que deben ser atacados en su conjunto y no de manera parcial”, señaló.
El experto insistió en la necesidad de observar estrictas medidas de bioseguridad, antes de colocar antibióticos.